Hummus, un aperitivo fresco y sano

hummus




Preparar Hummus es muy agradecido. Es un plato que se hace rápido, con ingredientes sencillos, entra bien incluso en los días que se tiene poco apetito o hace demasiado calor como para comer, se puede preparar en cantidad y conservar en la nevera para ir utilizando durante los siguientes días, se puede comer simplemente untado sobre una tostada, como dip o salsa para mojar o como acompañamiento de otros platos (falafel, pollo, pescado, berenjena…). Además es genial para picnics o aperitivo para compartir informalmente con un grupo de amigos.

Por algo se ha preparado desde hace tanto tiempo y en tantos países que se ha perdido el rastro de su origen, aunque lo más probable es que esté en el antiguo Egipto. Desde allí se extendió por todo oriente medio y el norte de África: Líbano, Palestina, Turquía, Israel, Marruecos, Siria, Armenia, Chipre… e incluso Grecia, con algunas variaciones.

La palabra hummus. en árabe, significa garbanzo porque fundamentalmente se trata de eso: una pasta de garbanzos que se une con pasta de sésamo o ajonjolí tostado (tahini o tahina). La tahina se puede comprar en cualquier comercio que tengan algunos productos árabes, aunque también se puede preparar en casa.

tahini
Esta es la pinta que tiene la Tahina

La tahina se puede aprovechar después además como aliño para ensaladas, para preparar baba ganoush (otra pasta con berenjenas al horno), como aderezo para otros platos y hay incluso quien la toma sola, untada en pan.





Ingredientes:

  • un bote de garbanzos cocidos (unos 400 gr.)
  • 3-4 cucharadas soperas de tahina/ tahini
  • 2 dientes de ajo
  • 2 cucharadillas de comino molido
  • aceite de oliva
  • zumo de limón
  • pimentón dulce
  • agua
  • sal




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Los ingredientes en formación de batalla


Preparación:

1.Abre el bote de garbanzos, escúrrelos (pero conserva algo del líquido del bote para utilizarlo luego) y lávalos. Puedes reservar también algunos garbanzos enteros para decorar el plato después.

2.En un bol echa los garbanzos con el resto de los ingredientes salvo el pimentón: los dientes de ajo, la tahina, un buen chorro de aceite de oliva, el zumo de limón y una pizca de sal. Echa también parte del líquido del bote de los garbanzos. Pásalos por la batidora hasta lograr un puré de una consistencia suave pero densa. También se puede usar un pasapurés primero si se quieren eliminar las pieles de los garbanzos, pero realmente no hace falta.



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No es necesario, pero quitar el germen del ajo, particularmente cuando el diente es más viejo, evita la posibilidad de que le de un sabor amargo al plato.

Las cantidades de los ingredientes pueden variar bastante, dependiendo del gusto, así que yo aconsejo ir probando y rectificando de sabor. También se va ajustando la consistencia, echando más líquido del bote de garbanzos, unas cucharadas de agua o más aceite. El hummus tiene que ser suave, cremoso y extenderse fácilmente, pero ser lo suficientemente denso, con bastante cuerpo, como para que no se caiga fácilmente de una cuchara.

3.Transferir la pasta a un bol de servir. Iguala la superficie y después vete haciendo círculos con una cuchara de dentro hacia fuera. Mejor si queda un poco más de hueco hacia el centro, como un ligero pocito.

4.Espolvorea con pimentón dulce, y rocía la superficie con un chorrito de aceite, lo que además ayudará a conservar fresco el hummus. Puedes decorar además con algunos garbanzos enteros, cilantro, perejil o, como yo he hecho, con un poco de cebollino.




El hummus se puede acompañar de todo tipo de panes. Aunque el más tradicional es el pan de pita, se puede untar en pan marroquí (khobz) como he hecho yo, pan europeo, naam, tortillas mejicanas… incluso con varitas de verduras crudas, como zanahorias.



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Khobz

Al guardar el hummus sobrante, yo lo vuelvo a rociar de aceite y pimentón, para conservarlo mejor y que tenga más sabor.

Una receta sana, versátil y que se prepara en un momento. ¿Qué más se puede pedir?



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