Sobre Bowie y la creatividad

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Cada vez que me pongo a ver un evento de los que supuestamente implica un desfile de alta costura o un nivel muy sofisticado de moda, como los Oscars, me muero de aburrimiento con los trajes maculinos. TODOS ellos en un smoking negro, camisa blanca y pajarita negra. ¿Podría ser más aburrido? ¿Es que existe alguna sociedad secreta que los encumbra al estrellato pero, a cambio, les obliga a llevar este uniforme?

Cuando me quejo, me suelen responder.

-”Pero son hombres, no tienen tantas opciones. No hay mucho más que puedan hacer”.

Durante unos segundos, su argumento casi me convence. Pero una voz interior protesta: “Espera, si yo fuese uno de estos tipos, estaría llevando…”

Esto también sucede con muchas otras cosas. Todo lo gris, predecible. Siempre te dicen: “No hay mucho más que se pueda hacer. Sigue las reglas para ganar el juego. Juega sobre seguro”.

Lo mismo sucede respecto a tus intereses. Cuando haces más de una cosa, te dicen:

-”Dedícate sólo a lo que mejor haces. Si no, confundirás a la gente, no sabrán que esperar de ti. No les parecerás seria o lo suficientemente comprometida. Marketing de nicho, ¿recuerdas?”.

Vale. En parte cierto. Evita ser demasiado disperso, identifica aquello en lo que eres bueno y aumenta tu conocimiento experto de ello, descubre quien es tu audiencia objetiva, la que se beneficiará de ello… pero de todas formas, como regla general…

Bueno, quiero dar las gracias a David Bowie y al Museo Victoria & Albert por darme la oportunidad de decir… ¡Gilipolleces!

Su exposición Bowie is… prueba que hay muchísimos modos diferentes de hacer las cosas, siempre y cuando se tengan el valor y la imaginación necesarios. Que la creatividad de una persona se puede manifestar y desarrollar en muchos giros sorprendentes.

Para empezar, si eres un hombre, realmente puedes vestirte de muchas formas distintas (y no te mueres). Modos que te ayudan a expresar diferentes partes de tu personalidad o representar diferentes ideas, que te ayudan a construir un personaje, que aúnan muchas referencias culturales distintas, que suponen un desafío al status quo y abren nuevas posibilidades. Que, al final, pueden hacer de ti un icono de la moda.

David Bowie empezó como el típico vocalista adolescente “bien vestido” de unos ’60 que todavía tomaban mucho prestado de los ’50.

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Pero entonces, fue mucho más allá de lo que se esperaba de él. Aunó todas las vibraciones de su Zeitgeist y lo que todavía era visualizado sólo por unos pocos: desde Kubrik a la carrera espacial, del glam rock a cuestionar las convenciones de género y a aquellos que las guardan como algo sagrado.

Y mezcló todo eso con otras influencias, viajando en el tiempo (ej. al glamour clásico de Hollywood) y el espacio (hacia países distantes). Buscó colaborar con quiequiera que estuviera dispuesto a experimentar.

Así fue cómo, ayudado por los diseños de Freddie Burretti, acabo por crear el personaje del viajero del espacio Ziggy Stardust, un explorador no sólo del espacio exterior sino también en muchos otros sentidos.

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Como guinda del pastel, Mick Rock, el fotógrafo de las estrellas del rock, estaba detrás de la cámara en esta foto.

Bowie siguió desarrollando esta, así como otras identidades camaleónicas, con la ayuda del diseñador Kansai Yamamoto y lo que ambos pudieron robar, retorcer y recrear del teatro Kabuki.

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Desarrolló una ambigüedad y rompió las convenciones de tal modo que ofendió y enfadó a muchos (“¿Pero eso es un chico o una chica?”) y al mismo tiempo sirvió como espejo y el ejemplo de paladín para aquellos que también se sentían extraterrestres, para aquellos que eran igualmente rebeldes e inconformistas.

Creó una iconografía que es revisitada todavía hoy por aquellos en busca de inspiración para crear algo nuevo y diferente. O por los que quieren rendirle un homenaje.

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Con los años, Bowie fue añadiendo capas y cambiando a otros personakes, como hizo bajo la influencia de su estancia berlinesa, adoptando la estética y los rasgos del Cabaret de Weimar y el expresionismo alemán para dar vida al Thin White Duke, el delgado Duque Blanco.

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Más tarde, continuó jugando con la estética de los ’80 y ’90.

Pero una de las cosas que impresiona más de la exposición es ser testigo de cómo Bowie, como polímata, se salió siempre con la suya al sumergirse en numerosas artes: música, arte gráfico y pintura, marketing y desarrollo de marca personal, diseño de escenarios, moda, vídeo, actuar…

Hablando de actuar: también se proyectaban varias escenas de sus películas. Tales como Laberinto, donde interpreta al rey de los goblins en un traje de nuestra amiga y soñadora de Zanzíbar Ellis Flyte.

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pero fue una sorpresa verle sobresalir también como El Hombre Elefante sobre un escenario.

Lo que no fue ninguna sorpesa, en cambio, comprobar cómo Dios los cría y ellos se juntan o cómo el talento reconoce el talento: Bowie fue uno de los primeros en colaborar con un recién graduado Alexander McQueen, comenzando por el chaquetón con la Union Jack que llevó puesto en la cubierta del album de Earthling.

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O verle recientemente unir fuerzas en un golpe de brillantez para el album The Next Day con su indudable alter ego femenino Tilda Swinton, y hacer que ambos se reflejen en dos modelos que desafían a las convenciones de género como Andrej Pejić y Saskia de Brauw. Genial.

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Por cierto, todos ellos dirigiedos por Floria Sigismondi, que también ha hecho cosas como esto para Sigur Rós. Os reto a no llorar.

Aunque su colaboración favorita para mi sigue siendo esta con otros de mis Santos Patrones: Queen y Freddie Mercury en Under Pressure.

Pero no nos olvidemos de cómo la vida está llena de sorpesas e ironías: Bowie incluso ha inspirado a un astronauta de verdad en misión en el espacio, Chris Hadfield, para hacer una versión de su Space Oddity. ¿No es enorme?

Al tío se le coge cariño, incluso tiene un gran sentido del humor:

“He reinventado mi imagen tantas veces que me encuentro en un estado de negación sobre que originalmente era una mujer koreana con sobrepeso.” – David Bowie

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En resumen: Cualquiera que visite esta exposición y no sienta la urgencia de trabajar en sus propios proyectos personales, no tiene sangre en las venas y debería ser flagelado en público.

No dejéis que nunca nadie os convenza de limitaos a vosotros mismos, queridos inconformistas.

PD. Para más imágenes y otra reseña de la exposición Bowie is… podéis visitar el post de Style Bubble sobre la misma.

PPD. Más información sobre la colaboración entre Bowie y Kansai Yamamoto.

PPPD. Respecto a la moda, me ha encantado esta cita de Carla de La Lá: “Quien realmente entiende de estética y es creativo, viste “mal”, por una natural intolerancia al aburrimiento, una indisimulada falta de temor a la opinión de la mayoría y un desprecio despreocupado por las convenciones. Seguir la moda es sumiso, manso y menso.”



2 Respuestas a “Sobre Bowie y la creatividad”

  1. ¡me ha encantado el post! Y adoro a Bowie!!!
    Interesante tu blog ;)

    Besos rojos!!!

  2. Querida mía,no esperaba menos de ti.
    Excelente post! ;)

    Besos azul mediterráneo! ^-^

Responder a mi vida en rojo